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Las 5 ideas de una filósofa personalmente convencida



Esta mañana me he encontrado una agradable sorpresa en mi correo electrónico. Ángel, de Viviralmaximo.net ha enviado a todos sus suscriptores un pequeño regalito. Se trata de su propia reflexión sobre un puñado de ideas que le han cambiado la vida. Y lanza un reto a los blogueros que le siguen. Nos anima a escribir en nuestros blogs, grandes o pequeños, las ideas que nos han cambiado la vida.

Por de pronto, diré que yo aún estoy en busca de esa idea fabulosa que me cambie la vida por completo. Con el pasar del tiempo me voy dando cuenta de que es como empeñarse en encontrar un unicornio o una sirena: solo se aparecen a las almas puras. Así que prefiero ajustar mis ambiciones a algo más realista, y de momento, me conformo con algunas sugerencias, pensamientos o chispas que me hacen más llevadera la existencia. 

Advierto que la lista no es apta para todos los públicos, que no tengo pruebas científicas para ninguna de las afirmaciones que hago y que no he encontrado argumentos sólidos con qué sustentarlas. Sin embargo, a mí me han funcionado, y me han ayudado a entender que la vida es una travesía de largo recorrido. Conocemos el resultado final, así que lo interesante es centrarse en lo que sucede mientras tanto.  
Un cambio de vida

1. Los dragones de la suerte existen 


Puede que sus escamas no sean de color madreperla, ni tengan la voz melodiosa como un repiquetear de campanas, pero te aseguro que existen. Acuden en tu ayuda cada vez que tomas una decisión valiente. No son visibles al ojo humano, pero notas su presencia cuando te socorren. Su piel es suave como alas de mariposa y transmiten una fuerza arrebatadora.

Me he encontrado con ellos más de una vez. Cada vez que he tomado una decisión arriesgada, incluso ante la incomprensión de muchos, me he sentido arropada por una especie de energía inspiradora que me ha ayudado a seguir adelante. Un dragón de la suerte es esa sensación interna que tienes de estar haciendo lo que tienes que hacer, a pesar de las críticas y hasta del enfado de muchas personas cercanas. Cuando tienes la certeza de que ese y solo ese es tu camino, te sientes imparable, atrapado por una corriente más poderosa que tú mismo, que te conduce, casi sin darte cuenta, al lugar en el que quieres estar.

Los dragones no aparecen inmediatamente; esperan un poco hasta comprobar si tu determinación es firme. Cuando comprueban que así es, se te acercan y su compañía ya no te abandona. Los psicólogos modernos lo llaman coherencia, compromiso, focalización y yo qué sé qué más. Lo que sí sé es que su sustancia es la suerte, son benéficos y van del lado de los que se atreven con lo imposible.

Supe de su existencia a través de uno de mis inmortales favoritos: "La historia interminable", de Michael Ende. No, no es una fábula para niños. Es una narración secuenciada del camino de autodescubrimiento de cualquiera de nosotros. Desde el mismo momento en que sientes que la vida que estás viviendo no es la que quieres vivir, hasta que consigues poner en marcha todos tus recursos para convertirla (convertirte) en algo (alguien) diferente. Las circunstancias pueden ser las mismas, pero solo tú puedes hacerlas jugar a tu favor.

"La historia interminable" merece, definitivamente, una entrada aparte, y se la dedicaré otro día. 

 2. Pide que el camino sea largo

 

 “Cuando emprendas tu viaje a Ítaca /pide que el camino sea largo,/ lleno de aventuras, lleno de experiencias (…)”. Y así otros 33 versos para completar el poema de Cavafis.

Desde que lo descubrí, me convencí de que la vida y los sueños merecen vivirse con intensidad, no por lo rico que puedas llegar a hacerte o la fama que puedas alcanzar, sino por el placer de atreverte a hacerlo. En realidad no importa el resultado, no se trata de obsesionarse con cumplir tal o cual meta; lo importante es ponerse en marcha, ser capaz de tomar tus propias decisiones, de asumir tus riesgos y disfrutar mientras lo haces.

A veces es difícil encontrar el sentido de la vida. Uno se propone novecientos treinta y ocho objetivos que cumplir. Recibe clases, lee libros y se plantea iniciar una empresa, sea esta con ánimo de lucro o no. Si solo te concentras en el resultado, te perderás lo mejor de la travesía. En el camino conocerás gente nueva, aprenderás algo de todos ellos, siempre encontrarás una perla que te inspire. El premio de una vida no se mide en monedas, sino en vivencias. 
 

 3. Hay abundancia para todos

 

La mayoría de nosotros hemos sido educados en una mentalidad competitiva, como si tuviéramos que pelear furiosamente por cada migaja. Vivir con ese desasosiego provoca la creencia de que el mundo es un lugar hostil. Nos hace  incluso desear cosas que en realidad no queremos ni necesitamos, por el simple gusto de mostrárselas  o arrebatárselas a otros.

Cuando vives dentro de ese paradigma, crees que eso es lo normal. Al fin y al cabo, la propia naturaleza es una lucha feroz por la supervivencia. Incluso desde un punto de vista evolutivo, si no tuviéramos ese afán por el medro, no habríamos logrado sobresalir sobre el resto de especies con las que compartimos el planeta.

Un clásico de Marvin Harris ("Nuestra especie") de 1990, me hizo reflexionar mucho sobre este asunto. Los seres humanos tenemos costumbres diferentes, creencias distintas, tabúes ininteligibles. Harris explica cómo esos diferentes sistemas de creencias se sustentan sobre la escasez de los recursos naturales y la necesidad de preservarlos.

Sin embargo, el ser humano, a lo largo de su evolución, ha desarrollado otros sistemas que se han mostrado igual de eficaces, o incluso más, para su supervivencia. Se trata de sistemas cooperativos, de ayuda mutua, de compartir los recursos, de prestar apoyo.

Antropólogos y psicólogos han investigado cómo se traducen esos conocimientos en algo útil para la sociedad de hoy. Elliot Aronson, en "El animal social" (la octava edición en castellano es del 2005), hizo una recopilación magistral de cientos de experimentos de psicología social que ayudan a entender cómo nos relacionamos las personas unas con otras. De sus ideas (el original es de 1975) proceden la mayoría de los manuales de divulgación que hoy en día existen sobre el llamado neuromarketing, comunicación de masas,  creación de equipos de trabajo, técnicas de venta y persuasión.

Sin embargo, la idea de la mentalidad de abundancia no se encuentra como tal en ninguno de estos dos investigadores, y más frecuentemente se le suele atribuir a S. Covey, aunque son muchos los autores que la han desarrollado, sobre todo en la última década.

A mí la idea me llegó de una manera gráfica, se la oí decir a un psicólogo que la aplicaba en su día a día en la gestión de colaboradores. Y puedo decir que me cambió la vida, porque desde ese momento dejé de pensar en los recursos como un bien escaso. Comprendí que la mentalidad de acaparar (lo que sea, dinero, conocimiento, pisos o abrigos de visón) provocaba efectivamente escasez y malentendidos entre las personas. El paradigma de la abundancia, en cambio, permite que los bienes fluyan libremente, de manera que cada uno pueda aportar su porción de valor. El conocimiento empaquetado en bibliotecas o museos pierde gran parte de su valor. En cambio, cuando se permite un acceso libre, genera más conocimiento y más avances. Lo mismo pasa con el dinero e incluso con los sentimientos individuales que podemos albergar hacia las personas que nos rodean. Definitivamente, el mundo sería un lugar mejor si en lugar de concentrar nuestros sentimientos de amor o fraternidad sobre un puñado de personas, fuéramos capaces de extenderlos hacia todos los seres humanos.

La abundancia es, en gran medida, una creación mental. Los valores humanos más importantes (creatividad, generosidad, inspiración, solidaridad) son infinitos. 

4. La buena vida: haz lo que quieras

 

Una vieja película de Frank Capra (“Vive como quieras”, 1938) me hizo entender que las personas no convencionales son las que marcan la diferencia. Que precisamente quienes se atreven a romper los tópicos o las normas sirven de inspiración a la generación siguiente.

Pero no es de Capra de quien he extraído la frase, sino de Fernando Savater. En “Ética para Amador” explica que la buena vida te permite hacer lo que quieras. La sorpresa está en lo que significa la buena vida y lo que quiere decir hacer lo que se quiere.

En resumen, la buena vida consiste en aprovecharla en todas sus facetas; en valorar el cuerpo y la mente como dos herramientas valiosísimas para conquistar la realidad. Hacer lo que uno quiere tiene que ver con el ejercicio de la voluntad, con la capacidad de crear, de tener iniciativa, de hacer real aquello que uno sea capaz de imaginar.

Así, darse la buena vida es ser capaz de crear y vivir la vida que uno ha soñado. Creer en un sueño es el principio de la materialización.

5. Menos es más: simplicidad


En los años (ya son unos cuantos) de mi vida, he pasado por épocas muy extravagantes y por otras muy simples. Recuerdo especialmente cuando estaba en la treintena. Mi vida era bastante complicada. Pensaba que no tendría tiempo para hacer todas las cosas que quería hacer. Así que trabajaba, investigaba, me apuntaba a clases de baile, de yoga, de pintura y de declamación poética; asistía a fiestas, me encantaba disfrazarme, y los fines de semana salía de excursión o practicaba rappel.

Fueron unos años muy intensos, de hermosas vivencias y en los que hice grandes amigos. Algunos los perdí, otros los he ido recuperando después. Ese estilo de vida me obligaba a unos horarios muy extraños, y aunque en mi casa guardaba siempre un orden impecable, lo cierto es que cualquier pequeño contratiempo podía convertirse en una tragedia. Por ejemplo, que se me estropeara el coche era de las peores cosas que podía imaginar, pues significaba un descalabro completo de mi agenda. Era una época loca, en que compraba muchas cosas que apenas usaba. No podía concentrarme en ninguna actividad en profundidad. Siempre me quejaba de la falta de tiempo, de no disponer de suficiente dinero para sustentar la vida que quería llevar, de trabajar demasiadas horas y dormir muy pocas.

Muchas de las ideas que fui poniendo en práctica para cambiar ese estilo de vida las encontré después recogidas en “Simplifica tu vida”, de Elaine Saint James. La autora da pautas muy concretas para hacer tu vida más asequible, y sobre todo, mucho más confortable. En el 2000 publicó una versión ampliada para padres: “Simplifica tu vida con los niños”, que también he utilizado mucho después.

(Me escondo en los paréntesis para decir que si hay una idea que realmente me haya cambiado la vida, ha sido la de tener un hijo…)


Epílogo. Nadie puede hacerlo por ti

Este verso suelto de W. Whiltman es el pensamiento más valioso de cuantos van poblando mi existencia: la vida, tu vida, hagas lo que hagas con ella, es cosa tuya: nadie la puede vivir por ti.

....


No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, 
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.

  (...)
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.

(W. Whilman)

10 comentarios:

  1. Me ha encantado tu post, grandes ideas todas pero me llevo una, la de hay abundancia para todos, sigue así Vale!

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    1. Muchísimas gracias. Sí, es muy importante aprender a vivir con la idea de la abundancia. Un abrazo.

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    2. Suscribo totalmente esta idea. Es cierto lo de que nos educan a ser competitivos y el daño que esto hace se ve por todas partes. Cuando buscamos hacer el pastel más grande en lugar de trocear lo que existe se consiguen mayores cambios y mejores resultados.

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    3. Sí, incluso se pueden hacer pasteles enormes con la colaboración de muchos.
      Gracias por comentar, Marek.

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  2. Hola Valeria,

    como te prometí me he pasado a ver tu post, y la verdad es que me ha impresionado. Enhorabuena por el blog y ánimo.

    Un saludo

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    1. Muchas gracias, Andrés. Te deseo un dragón de buena suerte en tu camino. Un abrazo.

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  3. Menos mal que Ángel nos ha puesto deberes, que si no... no te descubro. Me encanta la diferencia y tú has marcado una muy clara. Me encantan las ideas, las referencias, el desarrollo y el bonus track. ¡Me encanta mucho todo! ^^ Pero ahora que sé que también eres filósofa entiendo muchas cosas.

    ¡Un abrazo, Valeria!

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  4. ¡Guau! Muchas gracias por tu comentario.Me lo tomo como un piropazo enorme, porque conozco tu blog y también me gusta mucho. ¡Un abrazo para ti también!

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  5. Hola Valeria,

    Me gusta mucho tu lista de ideas. No creo que pueda quedarme solo con una, así que yo elijo las dos primeras. La primera me parece una metáfora preciosa sobre una verdad incontestable, y la segunda me recuerda a una frase que suele decir mucho un amigo mío al que no le suele faltar razón: "El camino es la recompensa"

    ¡Un abrazo!

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  6. Muchas gracias, Diego. Un abrazo para ti también.

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